Bridget C. Booske, PhD, MHSA; Stephanie A. Robert, PhD; Angela M. K. 
	Rohan, PhD
Citación sugerida para este artículo: Booske BC, 
	Robert SA, Rohan AMK. Nivel de concientización sobre las desigualdades en 
	salud por raza y estatus socioeconómico en los Estados Unidos: Encuesta 
	Nacional de Opinión sobre Salud y Desigualdades en Salud, 2008-2009. Prev 
	Chronic Dis 2011;8(4):A73.
	
	http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/jul/10_0166_es.htm. Consulta: [fecha].
REVISADO POR EXPERTOS
Resumen
Introducción
Recientemente se han diseñado iniciativas encaminadas a mejorar la 
	concientización pública sobre las desigualdades en salud. Sin embargo, 
	existen pocas investigaciones que hayan documentado el nivel de 
	concientización pública con respecto a las desigualdades en salud por raza o 
	grupo étnico y estatus socioeconómico en los Estados Unidos. Nuestro 
	objetivo fue determinar 1) si el público estadounidense está consciente de 
	las desigualdades en salud por raza, nivel educativo e ingresos, 2) si el 
	nivel de concientización difiere con respecto a los distintos ámbitos de 
	desigualdad y 3) qué características de los encuestados se asocian a la 
	concientización sobre las desigualdades en salud por raza, nivel educativo e 
	ingresos.
Métodos
Administramos la Encuesta Nacional de Opinión sobre Salud y 
	Desigualdades en Salud a 2,791 adultos estadounidenses. Hicimos preguntas 
	sobre desigualdades en salud por pares de subgrupos de la población: 
	Afroamericanos frente a blancos; no graduados de escuela secundaria superior 
	frente a graduados; graduados de secundaria superior frente a graduados de 
	la universidad; pobres frente a clase media; y clase media frente a ricos. 
	Usamos pruebas de χ2 y regresión logística para comparar 
	correlaciones en la concientización de los encuestados sobre las 
	desigualdades en los distintos subgrupos de la población.
Resultados
La mayoría de las personas encuestadas estaba consciente de las 
	desigualdades en salud entre los pobres y la clase media (73%); una cantidad 
	menor estaba consciente de las desigualdades en salud entre afroamericanos y 
	blancos (46%). Si bien los encuestados reconocieron que el nivel educativo 
	está asociado a muchos resultados positivos en la vida, había una menor 
	conciencia sobre el vínculo que hay entre la educación y la salud. Los 
	encuestados más jóvenes, con menos estudios, menos ingresos, más saludables 
	o de ideología política conservadora tenían una probabilidad menor de estar 
	conscientes de las desigualdades en salud.
Conclusión
La concientización sobre las desigualdades en salud difiere en función 
	del tipo de desigualdad y las características de la persona encuestada.
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Introducción
Una meta clave de la iniciativa Gente saludable 2020 es eliminar 
	las disparidades en salud (1) porque una evidencia abrumadora indica que en 
	los Estados Unidos existen desigualdades enormes y persistentes por raza, 
	estatus socioeconómico y otros factores demográficos y sociales (2-5).
Sin embargo, el público general puede no estar consciente de estas 
	desigualdades en salud. La falta de concientización pública puede ser una 
	barrera para la elaboración de políticas orientadas a resolver las 
	desigualdades en salud (6). Varias iniciativas recientes están destinadas a 
	aumentar la concientización sobre esas desigualdades. Por ejemplo, la serie 
	de la televisión pública PBS, Unnatural Causes ("causas no naturales"), 
	es un documental que analiza las desigualdades en salud, poniendo énfasis en 
	las desigualdades en salud por raza o grupo étnico o por estatus 
	socioeconómico, y la Commission to Build a Healthier America (Comisión 
	para construir un país más saludable) de la fundación Robert Wood Johnson, 
	aborda los determinantes no médicos de la salud y de las desigualdades en 
	salud (2,7).
Pese a este y otros intentos por aumentar la concientización pública 
	sobre las desigualdades en salud, se sabe poco del nivel real de 
	concientización en el público estadounidense. Si bien se cuenta con 
	información sobre la concientización pública sobre las desigualdades en la 
	atención médica en los Estados Unidos (8,9), hay poca información disponible 
	relacionada con la concientización sobre las desigualdades en los resultados 
	de salud. Una excepción la constituye el estudio de Lillie-Blanton y su 
	equipo, quienes en 1999 realizaron una encuesta para sondear la 
	concientización sobre las diferencias entre afroamericanos y blancos en 
	términos de tasas de mortalidad neonatal y esperanza de vida (9). En su 
	estudio encontraron que la mayoría de los estadounidenses (tanto blancos 
	como afroamericanos) no estaban conscientes de las desventajas de los 
	afroamericanos en estos dos resultados de salud.
Para comprender mejor la concientización del público y sus opiniones 
	sobre los determinantes de salud y de las desigualdades en salud, realizamos 
	la Encuesta Nacional de Opinión sobre Salud y Desigualdades de Salud, que se 
	basó en una encuesta previa administrada en Wisconsin (10). Presentamos los 
	resultados de esta encuesta nacional y abordamos las tres preguntas 
	siguientes: 1) ¿Está consciente el público estadounidense de las 
	desigualdades en salud por raza, nivel educativo o nivel de ingresos? 2) ¿Existen 
	diferencias de concientización con respecto a estos ámbitos de desigualdad 
	en salud y por nivel socioeconómico? 3) ¿Qué características de los 
	encuestados están asociadas a la concientización sobre las desigualdades en 
	salud por raza, nivel educativo y de ingresos?
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Métodos
Contratamos al Centro de Investigación sobre Opinión Nacional para que 
	llevara a cabo una encuesta telefónica de discado aleatorio entre noviembre 
	del 2008 y febrero del 2009. Seleccionamos una muestra representativa 
	nacional y ampliamos el tamaño de la muestra en condados con al menos 40% de 
	población hispana o afroamericana, al menos 20% de la población por debajo 
	del nivel federal de pobreza o al menos 40% de los encargados del hogar con 
	un nivel educativo menor a secundaria superior (para contar con una muestra 
	considerable de grupos con estatus socioeconómico bajo y minorías raciales o 
	étnicas). Realizamos 2,791 entrevistas (28% de la muestra aumentada). 
	Obtuvimos una tasa de respuesta del 28%, con base en el Consejo de 
	Organizaciones de Encuestas de Investigación Estadounidenses; la tasa de 
	cribaje fue del 79% y la de entrevistas del 46%. Creamos ponderaciones para 
	tener en cuenta la probabilidad diferencial en selección, números 
	telefónicos no solucionados, no respuesta y cobertura múltiple de teléfonos 
	y líneas terrestres, y para representar la distribución nacional de adultos 
	por edad, sexo y raza. El comité de ética institucional para estudios 
	sociales de la Universidad de Wisconsin-Madison aprobó el proyecto.
El instrumento de la encuesta lo basamos en un instrumento de un estudio 
	previo realizado en Wisconsin (10) y realizamos pruebas piloto antes de su 
	implementación. Elaboramos 7 paneles o grupos para examinar las opiniones 
	sobre distintos tipos de desigualdades en salud conocidas (2) y asignamos 
	aleatoriamente a los encuestados a uno de estos paneles. Las encuestas 
	administradas a todos los paneles de estudio eran idénticas a excepción de 
	las preguntas sobre las desigualdades. La estructura de estas preguntas era 
	similar en todos los paneles, salvo cuando les pedimos a los encuestados que 
	consideraran las diferencias entre 2 grupos de comparación basadas en 1) 
	raza (afroamericanos [Grupo A] frente a blancos [Grupo B]), 2) nivel 
	educativo (personas no graduadas de la secundaria superior [Grupo A] frente 
	a graduadas [Grupo B], graduados de secundaria superior [Grupo A] frente a 
	graduados de universidad [Grupo B], y aquellos sin título universitario [Grupo 
	A] frente a graduados de la universidad [Grupo B]), 3) nivel de ingresos (pobres 
	[Grupo A] frente a clase media [Grupo B], clase media [Grupo A] frente a 
	ricos [Grupo B], y aquellos de bajos ingresos [Grupo A] frente a los de 
	medianos ingresos [Grupo B]).
Les preguntamos a los encuestados si pensaban que el Grupo A tenía una 
	situación mejor, igual o peor que el Grupo B en varios ámbitos de la vida, 
	como estado de salud, obtención de atención médica o de servicios de salud 
	cuando los necesitaran, contar con seguro médico, acceso a educación de 
	calidad, vivienda, oportunidades de empleo, ingresos familiares y calidad de 
	vida en general. A los encuestados que respondieron “peor” les pedimos que 
	especificaran en su respuesta si era “algo peor” o “mucho peor”. Definimos 
	concientización de una desigualdad como la respuesta inicial de “peor”.
El diseño de esta encuesta nos permitió identificar si la concientización 
	sobre las desigualdades en salud difería simplemente en función de los 
	grupos comparados. Al asignar de manera aleatoria un solo panel sobre una 
	desigualdad a cada encuestado, evitamos la posible contaminación de las 
	respuestas que podría resultar si al mismo encuestado se le preguntara de 
	manera seriada sobre múltiples tipos de desigualdad en salud en lugar de 
	solo uno.
Clasificamos el ingreso del hogar de los encuestados como menos de 200% 
	del nivel federal de pobreza o al menos 200%, la raza o grupo étnico como 
	hispano, negro no hispano u otro grupo no hispano; y para el nivel educativo 
	como graduado de la universidad, algo de estudios universitarios o con 
	educación secundaria superior o menos. Preguntamos a los encuestados si su 
	salud en general era excelente, muy buena, buena, regular o mala, y les 
	pedimos que autocalificaran su ideología política como conservadora, 
	moderada o liberal.
Realizamos pruebas de χ2 para determinar si la concientización 
	sobre las desigualdades en salud difería entre los distintos paneles y para 
	analizar las relaciones bivariadas entre las características del encuestado 
	y su concientización. Luego utilizamos modelos de regresión logística 
	multivariada para examinar qué características del encuestado podrían 
	predecir la concientización para cada tipo de disparidad en salud. En los 
	modelos de regresión logística, incluimos variables que estaban asociadas 
	significativamente (P < .05) a la concientización en alguno de los 
	paneles de la encuesta. Realizamos análisis usando un sistema SPSS PASW 
	versión 18.0.0 (SPSS, Inc, Chicago, Illinois).
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Resultados
Las características de los encuestados eran similares a las de la 
	población estadounidense salvo que tenían un mayor nivel de estudios
	(Tabla 1). No había 
	diferencias significativas en las características demográficas de los 
	paneles aleatorizados, lo que indica que la aleatorización fue eficaz y los 
	paneles se pueden comparar directamente.
Concientización sobre las desigualdades
Nuestro informe incluye los resultados de 5 de los 7 paneles de 
	encuestados debido a que los resultados del panel sobre los pobres frente a 
	la clase media fueron similares a los del panel que respondió sobre personas 
	de bajos ingresos frente la clase media; y los resultados del panel sobre 
	graduados de escuela secundaria superior frente a graduados universitarios 
	fueron similares a los del panel que respondió sobre las personas sin título 
	universitario frente a las que lo poseen.
El porcentaje de encuestados conscientes de las desigualdades en salud 
	fue distinto en los 5 paneles de la encuesta (afroamericanos frente a 
	blancos, no graduados de secundaria superior frente a graduados, graduados 
	de secundaria superior frente a graduados universitarios, pobres frente a 
	clase media y clase media frente a ricos) (Tabla 
	2). Casi la mitad de los encuestados (46%) a los que se les pidió que 
	compararan la situación de los afroamericanos frente a la de los blancos 
	estaban conscientes de que los afroamericanos están en condiciones peores 
	que los blancos en términos de salud. El 60% de los encuestados reconoció la 
	existencia de desigualdades en salud entre personas no graduadas de 
	secundaria superior y graduadas, pero solo el 35% estaba consciente de las 
	desigualdades en salud entre graduados de secundaria superior y de 
	universidad. El 73% de los encuestados reconoció las desigualdades en salud 
	entre los pobres y la clase media, pero solo el 44% estaba consciente de las 
	desigualdades en salud entre la clase media y los ricos.
Los encuestados a los que se les preguntó sobre las desigualdades a nivel 
	educativo tenían una probabilidad menor de estar conscientes de las 
	desigualdades en salud por nivel educativo que con respecto a las 
	desigualdades en otros ámbitos por nivel educativo (Tabla 2). En cambio, a 
	los que se les preguntó sobre las desigualdades entre los pobres y la clase 
	media estaban conscientes de las desigualdades en salud por nivel de 
	ingresos, (73%) como también de las desigualdades por nivel de ingresos en 
	casi todos los otros ámbitos.
Características de los encuestados asociadas a la concientización sobre 
	las desigualdades en salud
La concientización sobre las desigualdades en salud entre afroamericanos 
	y blancos osciló entre un mínimo de 32% (en los encuestados conservadores y 
	aquellos con estudios de secundaria superior o menos) y un máximo de 65% (en 
	liberales) (Tabla 3). Un 
	mayor porcentaje de encuestados con nivel educativo mayor a secundaria 
	superior, más ingresos o una ideología liberal reportó concientización sobre 
	las desigualdades en salud entre afroamericanos y blancos.
La concientización sobre las desigualdades en salud entre personas no 
	graduadas de la secundaria superior y las graduadas osciló entre 45% (en 
	encuestados con escuela secundaria superior o menos) y 71% (en graduados 
	universitarios). Los niveles educativo y de ingresos se asociaron a la 
	concientización sobre las desigualdades en salud de este panel educativo. En 
	cambio, de los encuestados a los que se les preguntó sobre las desigualdades 
	entre graduados de secundaria superior y de universidad, el nivel de 
	estudios, el estatus económico, la edad y la ideología política se asociaron 
	a la concientización sobre las desigualdades en salud. La concientización 
	sobre estas desigualdades osciló entre 19% (en los encuestados con educación 
	secundaria superior o menos) y 50% (en graduados universitarios y liberales).
Los encuestados a los que se les pidió concentrarse en las desigualdades 
	entre los pobres y la clase media presentaron la prevalencia más alta en el 
	nivel de concientización sobre desigualdades en salud; el rango osciló entre 
	47% (hispanos) y 85% (liberales). El rango del nivel de concientización 
	sobre desigualdades en salud entre la clase media y los ricos fue de 32% (hispanos) 
	y 64% (personas con salud regular o mala). Los encuestados con menos 
	ingresos, estado de salud autocalificado como malo y tendencia política 
	liberal fueron los que manifestaron mayor concientización.
Muchas de las asociaciones identificadas de los análisis bivariados 
	permanecieron significativas en los análisis multivariados
	(Tabla 4). En general, en 
	los modelos multivariados, el nivel educativo y la ideología política del 
	encuestado fueron los factores más determinantes para predecir la 
	concientización sobre las desigualdades en salud. Los encuestados de 65 años 
	de edad o mayores tenían una doble probabilidad que los adultos más jóvenes 
	de estar conscientes de las desigualdades en salud por raza y nivel 
	educativo. De manera análoga, los graduados de la universidad tenían una 
	probabilidad 1.5 a 3.9 veces mayor que los que tenían secundaria superior o 
	menos estudios de estar conscientes de dichas desigualdades. Los encuestados 
	con educación universitaria tenían una probabilidad aproximadamente 4 veces 
	mayor de estar conscientes de las desigualdades en salud entre graduados de 
	secundaria superior y de la universidad. Los liberales tenían una 
	probabilidad 3 veces mayor que los conservadores de estar conscientes de las 
	desigualdades en salud por raza, nivel educativo (graduados de secundaria 
	superior frente a graduados de la universidad) y nivel de ingresos. Las 
	personas con menos ingresos, peor estado de salud y liberales tenían una 
	mayor probabilidad de estar conscientes de las desigualdades en salud entre 
	la clase media y los ricos. Las personas con estado de salud regular o malo 
	tenían más del doble de probabilidad de estar conscientes de las 
	desigualdades en salud entre afroamericanos y blancos que las que gozaban de 
	mejor salud.
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Discusión
Encontramos que el nivel de concientización sobre las desigualdades en 
	salud por raza era considerablemente menor que el de concientización sobre 
	las desigualdades entre no graduados y graduados de escuela secundaria 
	superior y entre los pobres y la clase media. Los hallazgos son congruentes 
	con las brechas de salud más grandes observadas en los grupos de distintos 
	niveles de ingresos y de estudios que en los grupos raciales o étnicos (2).
Se observó una falta sobresaliente de concientización sobre el estado de 
	salud relacionado al nivel socioeconómico: 73% estaban conscientes de que 
	los pobres tenían una salud peor que la clase media, pero solo 44% estaban 
	conscientes de que la salud de la clase media era peor que la de los ricos. 
	De manera similar, en comparación con el 60% de las personas que estaban 
	conscientes de las desigualdades en salud entre las personas que no se 
	graduaron de escuela secundaria superior y las que sí se graduaron, solo el 
	35% estaba consciente de las desigualdades en salud entre graduados de 
	secundaria superior y de universidad. En otras palabras, la mayoría del 
	público está consciente de que las personas del nivel socioeconómico 
	inferior tienen una salud peor que las que están por encima de ellas, pero 
	una minoría reconoce que las personas con el nivel socioeconómico superior 
	tienen mejor salud que aquellas que están inmediatamente por debajo de ellas. 
	Los hallazgos reflejan una falta general de concientización de que el factor 
	socioeconómico influye en la salud en todos los niveles socioeconómicos y 
	que no solo representa una desventaja para las personas que están en la 
	parte más baja del sistema (11). De hecho, los resultados distintos entre 
	los 2 paneles de nivel educativo y los 2 de ingresos resaltan la importancia 
	de seleccionar cuidadosamente los grupos socioeconómicos de comparación a 
	los que se debe sondear cuando se examine la opinión pública sobre las 
	desigualdades socioeconómicas en salud.
A pesar de que hay conciencia de que el nivel educativo afecta muchos 
	ámbitos de la vida (como vivienda, ingresos, acceso a atención médica), hay 
	pocas personas conscientes de que también afecta la salud. Además, menos de 
	la mitad del público reconoce que existen desigualdades en salud entre 
	afroamericanos y blancos. Estos hallazgos son similares a los de 
	Lillie-Blanton y su equipo, donde el 45% de los blancos y el 42% de los 
	afroamericanos no estaban conscientes de las desigualdades entre blancos y 
	negros con respecto a las tasas de mortalidad neonatal, mientras que el 43% 
	de los blancos y el 46% de los afroamericanos no estaban conscientes de las 
	desigualdades entre blancos y negros con respecto a la esperanza de vida 
	(9).
Dada la evidencia de los vínculos entre la educación y la salud (12,13) y 
	de las desigualdades en salud por raza o grupo étnico (5), nuestros 
	resultados parecen indicar que pueden ser factibles las campañas 
	informativas para aumentar la concientización sobre las desigualdades en 
	salud de índole educativa o racial o étnica. Sin embargo, las 
	investigaciones también demuestran que es complicado elaborar mensajes sobre 
	los factores sociales determinantes de la salud y las desigualdades en salud 
	porque algunos métodos de comunicación pueden resaltar culpas en lugar de 
	mostrar preocupación hacia el grupo que presenta el peor estado de salud 
	(14,15). Además, aumentar la concientización pública sobre las desigualdades 
	en salud no garantiza que la gente se preocupe o desee hacer algo para 
	resolver esas desigualdades, aunque Rigby y su equipo encontraron que la 
	concientización sobre las desigualdades en salud estaba asociada al apoyo a 
	la intervención gubernamental para solucionar estas desigualdades (16).
Nuestros resultados también muestran diferencias en la concientización 
	sobre las desigualdades en salud de acuerdo a las características 
	individuales. Los resultados de los análisis multivariados demostraron que 
	la ideología política del encuestado está fuertemente asociada a la 
	concientización sobre las desigualdades en salud; los liberales tenían una 
	probabilidad tres veces mayor de estar consientes de las desigualdades en 
	salud raciales y socioeconómicas que los conservadores. Los encuestados con 
	estudios universitarios tenían una probabilidad mayor de estar conscientes 
	de las desigualdades en salud por nivel educativo y de las desigualdades en 
	salud entre afroamericanos y blancos. Este hallazgo es congruente con los de 
	estudios europeos, en los cuales los encuestados con menos ventajas sociales 
	aparentemente reconocen menos las desigualdades en salud (17,18).
En los análisis multivariados, la edad era un factor predictivo de la 
	concientización sobre desigualdades en salud por nivel de estudios y raza. 
	Por ejemplo, los encuestados de 65 años o más tenían más del doble de 
	probabilidad que los de 18 a 44 años de estar conscientes de las 
	desigualdades en salud entre afroamericanos y blancos. Estas personas eran 
	adultos jóvenes durante el punto más álgido del movimiento por los derechos 
	civiles, por lo que estarían más sensibilizadas al problema de las 
	desigualdades raciales que los estadounidenses más jóvenes que no 
	presenciaron este capítulo formativo de la historia. 
Los análisis políticos sobre las preferencias hacia políticas parecen 
	indicar que el conocimiento de las personas sobre “datos relacionados a 
	políticas específicas” con respecto a un asunto particular influye en sus 
	opiniones al respecto (19). La concientización pública sobre las 
	desigualdades en salud es uno de estos “datos sobre políticas específicas” 
	que puede influir en el apoyo público a programas y políticas para reducir 
	las desigualdades en salud. El alto nivel de concientización pública sobre 
	las desigualdades en salud entre los pobres y la clase media parece indicar 
	que de comenzarse un debate sobre las políticas para reducir la brecha 
	específica entre los pobres y la clase media, la mayor parte del público 
	estaría consciente de la existencia de estas desigualdades en salud. En 
	cambio, el nivel bajo de concientización sobre desigualdades en salud entre 
	afroamericanos y blancos y por nivel educativo puede constituir un obstáculo 
	considerable para los esfuerzos por eliminar las desigualdades en salud por 
	raza o grupo étnico y por nivel educativo en los Estados Unidos.
Este estudio tiene varias limitaciones. Como suele ocurrir con las 
	encuestas telefónicas, no pudimos contactar a todas las personas que fueron 
	seleccionadas aleatoriamente para participar. Si bien utilizamos una muestra 
	más grande en los vecindarios menos favorecidos, nuestra muestra tenía un 
	nivel educativo más alto que el de la población general. Utilizamos 
	ponderación para ajustar por respuesta diferencial. Sin embargo, en vista de 
	que en nuestros resultados los encuestados con un mayor nivel educativo 
	estaban más conscientes de las desigualdades, puede ser que hayamos 
	sobreestimado los niveles generales de concientización. Otra posible 
	limitación es que nos referimos al reconocimiento de las desigualdades 
	sociales como “concientización” sobre las desigualdades, pese a que algunas 
	respuestas de los participantes pueden reflejar procesos cognitivos 
	distintos. Por ejemplo, las personas con ideología conservadora, que por lo 
	general eran menos propensas a reconocer las desigualdades en salud, puede 
	ser que estén conscientes de que la sociedad cree que existen estas 
	desigualdades, aunque ellas no consideren que esto sea así. Además, al 
	evaluar las desigualdades por ámbito específico de raza o estatus 
	socioeconómico, estamos presumiendo que las personas piensan sobre estos 
	ámbitos a su discreción, lo cual puede que no sea el caso. 
En conclusión, encontramos que la concientización sobre las desigualdades 
	en salud depende del tipo de desigualdad (la concientización sobre las 
	desigualdades económicas era mayor que la de las desigualdades raciales o 
	educativas) y las características individuales del encuestado. Comprender 
	estas diferencias en la concientización del público es necesario para 
	formular políticas que reduzcan las desigualdades en salud.
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Agradecimientos
Este proyecto fue patrocinado por la fundación Robert Wood Johnson, a 
	través del subsidio n.o 63446.
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Datos sobre los autores
Autor responsable de la correspondencia: Bridget C. Booske, PhD, MHSA, 
	University of Wisconsin-Madison, Department of Population Health Sciences, 
	610 Walnut St, Room 507A, Madison, WI 53726. Teléfono: (608) 263-1947. 
	Correo electrónico: bbooske@wisc.edu.
Afiliaciones de los autores: Stephanie A. Robert, Universidad de 
	Wisconsin-Madison, Madison, Wisconsin; Angela M. K. Rohan, Departamento de 
	Servicios de Salud de Wisconsin, Madison, Wisconsin.
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